Agradezco a los organizadores de la promoción por darme nuevamente
la oportunidad de hablar en nombre de mis colegas docentes. Espero que la
promoción del próximo semestre, algunos de los cuales están en este acto,
elijan otro de nuestros profesores para tal tarea.
Hablar de educación es mi pasión y no lo niego. Cuando empecé
a trabajar como profesor no me gustaba casi nada, en especial porque me
obligaban a realizar informes de cierres de curso que nadie leía, planificación
de calendarios que no se cumplían, preparación de clases siguiendo un formato
totalmente mecánico además de otras tareas burocráticas. En definitiva me niego
a encuadrar la enseñanza en hojas de papel o pantallas de computadora en
nuestra era tecnológica.
Promoción 2-2001 Ciencias de la Educación. Universidad Autónoma "Gabriel René Moreno" |
La matemática es una ciencia exacta, pero alguna vez podemos
cambiar su exactitud y hacer comparaciones como la que propongo. Hoy ustedes terminan
nueve semestres en la Universidad y qué tal si los comparamos con los nueves
meses de formación de nuestros hijos.
El primer mes, o primer semestre apenas estaban en formación
en la Carrera, eran personas que llegaban sorprendidas a un nuevo lugar. En vez
del vientre materno deambulaban por las aulas de nuestro edificio.
En el segundo y tercer mes, digamos semestres, estaban aun
confundidos en el mundo que estaban reconociendo. Todo era nuevo y desconocido;
los profesores, sus tareas interminables, los libros fotocopiados, las
exposiciones donde recitaban lo aprendido, las marchas, las votaciones, las
formas de calificar, en fin sorprendidos, pero como en el feto humano ya
formados en la vorágine universitaria.
En el cuarto mes, ya son visibles los estudiantes que
llegarán al final. Los que aun siguen sorprendidos y no logran ajustarse al
nuevo mundo, van desapareciendo por la selección natural, dando paso a los sobrevivientes, los que hoy están aquí.
En su quinto y sexto mes, continúan su formación. En el feto
se producen casi 100 neuronas por segundo, ustedes emplean sus cien mil millones en
aprender cada día algo nuevo, en relacionar lo nuevo con lo anterior y así
desarrollarse más.
En su séptimo y octavo mes, o semestre, empiezan a experimentar
cambios más profundos, ahora tienen menos tiempo para chatear en Facebook,
enviar mensajes de texto y hablar con sus amistades. Están cada día más cerca
del final y pasan más tiempo en la universidad.
En el noveno mes, el feto está listo para encontrarse con el
mundo y ustedes también. Pasaron nueve semestres en el amparo de profesores y compañeros
de estudio. Mientras el feto se mueve agitadamente en su placenta ustedes lo
hicieron en las aulas universitarias.
Llegó el gran día, listos para salir a otros rumbos, crecer,
crecer y no detenerse ante nada. Hoy nacen a la nueva profesión.
Llegamos a nuestra profesión tal y como dijo el poeta: Esos
locos bajitos que se incorporan con los ojos abiertos de par en par, sin respeto al horario ni a las costumbres…”
Si, somos locos que como Don Quijote andamos combatiendo los molinos del desconocimiento. Amamos a nuestra Dulcinea que son nuestros alumnos, cambiamos la espada por la tiza y el marcador.
Si, somos locos que como Don Quijote andamos combatiendo los molinos del desconocimiento. Amamos a nuestra Dulcinea que son nuestros alumnos, cambiamos la espada por la tiza y el marcador.
Luchemos como Don Quijote extirpando la ignorancia y alcemos
nuestra voz para decir que no somos educadores por el título, sino por el alma.
Muchas gracias.
(Discurso pronunciado el 9 de diciembre del 2011 en el acto de egreso de los estudiantes de Lic en Educación de la Facultad de Humanidades.)
(Discurso pronunciado el 9 de diciembre del 2011 en el acto de egreso de los estudiantes de Lic en Educación de la Facultad de Humanidades.)